“En el fútbol, lo que queda después de muchos años, son los amigos que haces”. Esa es la frase con la que siempre recuerdo a este gran amigo. Y no le faltaba razón. Porque los amigos se cuentan con los dedos de la mano, porque los amigos están para lo bueno y para lo malo, porque se alegran de tus alegrías y se apenan de tus desgracias. Eso son los amigos.
Yo le conocía desde hace veinte años, pero fue hace diez, cuando le vi en el vestuario del estadio de La Atalaya, donde comenzó nuestra amistad. Siempre hemos ido de frente, nos hemos dicho lo que pensábamos, nos hemos contado nuestros problemas, y hemos tenido un apoyo mutuo irrompible.
Hemos sido compañeros de equipo, compañeros de trabajo, compañeros de confidencias, y sobretodo amigos. Nunca hemos querido nada a cambio el uno del otro, sólo la amistad.
Yo le conocía desde hace veinte años, pero fue hace diez, cuando le vi en el vestuario del estadio de La Atalaya, donde comenzó nuestra amistad. Siempre hemos ido de frente, nos hemos dicho lo que pensábamos, nos hemos contado nuestros problemas, y hemos tenido un apoyo mutuo irrompible.
Hemos sido compañeros de equipo, compañeros de trabajo, compañeros de confidencias, y sobretodo amigos. Nunca hemos querido nada a cambio el uno del otro, sólo la amistad.