“En el fútbol, lo que queda después de muchos años, son los amigos que haces”. Esa es la frase con la que siempre recuerdo a este gran amigo. Y no le faltaba razón. Porque los amigos se cuentan con los dedos de la mano, porque los amigos están para lo bueno y para lo malo, porque se alegran de tus alegrías y se apenan de tus desgracias. Eso son los amigos.
Yo le conocía desde hace veinte años, pero fue hace diez, cuando le vi en el vestuario del estadio de La Atalaya, donde comenzó nuestra amistad. Siempre hemos ido de frente, nos hemos dicho lo que pensábamos, nos hemos contado nuestros problemas, y hemos tenido un apoyo mutuo irrompible.
Hemos sido compañeros de equipo, compañeros de trabajo, compañeros de confidencias, y sobretodo amigos. Nunca hemos querido nada a cambio el uno del otro, sólo la amistad.
Yo le conocía desde hace veinte años, pero fue hace diez, cuando le vi en el vestuario del estadio de La Atalaya, donde comenzó nuestra amistad. Siempre hemos ido de frente, nos hemos dicho lo que pensábamos, nos hemos contado nuestros problemas, y hemos tenido un apoyo mutuo irrompible.
Hemos sido compañeros de equipo, compañeros de trabajo, compañeros de confidencias, y sobretodo amigos. Nunca hemos querido nada a cambio el uno del otro, sólo la amistad.
Transcurridos diez años, en los que hemos coincidido en el CD Becerril en 7 temporadas diferentes, más unos 3 años de compañeros de trabajo, en los que hemos compartido todo, ahora le toca pasar un pequeño mal momento, una piedrecita en el camino. Le toca pasar por el quirófano para solucionar una lesión que le ha impedido practicar el deporte que le hace feliz, por el que se le dejado el alma en el terreno de juego, y por el que cree que no podría vivir sin él.
Aún así, cree que este es su final futbolístico, que este contratiempo es el definitivo, que ya le toca colgar las botas.
Pero él no se merece este final, él se merece tener una despedida digna, en el terreno de juego donde tantos goles anotó, donde a tantos defensas amargó la noche, y en donde tantos amigos y conocidos se ganó.
Desde el CD Becerril, su directiva, cuerpo técnico y compañeros, le estaremos arropando en su recuperación para que antes de final de temporada pueda disputar sus últimos minutos (si decide retirarse esta temporada) en la cancha.
Y es el que Don Juan José Caballero es, como dice su apellido, un caballero dentro y fuera del terreno de juego. Una persona que da todo lo que tiene, que no se deja nada dentro.
Y aunque él no lo crea, no tiene que demostrar nada a nadie. Ha sido un goleador fabuloso allá en donde ha sudado la camiseta, y en el Becerril es el segundo máximo goleador histórico a día de hoy.
A mí y los que le queremos nos vale con su entrega, con su buena disposición a ayudar, sus consejos... nos vale con que sea parte del grupo.
Por todo ello Juanjo, recupérate, lucha y ponte en forma que te estaremos esperando para verte ayudar al equipo en el terreno de juego.
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