La gente, en general, no suele valorar a los directivos, esas personas
que se desviven por un club, que le dedican horas y horas, que se aislan
de la familia para buscar recursos para que el club de sus amores
crezca, y en la mayoría de casos sobreviva. No lo valoran.
No valoran que este trabajo sea de horario indefinido, que no distinga
entre noche o mañana, festivo o no. Porque asi es el trabajo del
directivo, esclavizante. Pero claro, este trabajo se hace porque es lo
que te gusta y porque tienes un sentido de la responsabilidad que no
paga el dinero. No hay jeque árabe ni magnatario ruso que pueda pagar
este trabajo, o mejor dicho, no puede pagar el amor con el que se hace.
Yo conozco a uno de esos directivos, y es un ejemplo y un espejo donde
deberían mirarse los demás. Persona de club, currante, sacrificado y con
un amor por los colores que pocos tienen.
La gente que no es directivo no sabe realmente lo que conlleva serlo. No
sabe que a veces hay que levantarse a las 6 de la mañana para poner
lavadoras de ropa, estar toda una tarde haciendo rifas para pagar
arbitrajes, tocar en la puerta de empresas para conseguir recursos
económicos para que el club subsista o hablar con padres para
tranquilizarlos por algún conflicto de sus hijos. No lo sabe. Y lo peor,
hay veces que lo critican.
Pero de bien nacido es ser agradecido. Y yo lo soy. Estoy muy contento,
feliz y dichoso de que esa persona pertenezca a mi club, al que amo y
por el que doy todo lo que tengo.
En este club se te quiere, se te respeta y se tienen en cuenta tus
opiniones. Y lo hacemos porque todo lo que haces te sale del corazón,
porque no pides nada a cambio, porque se te cae la humildad de los
bolsillos.
Que te quede bien claro, eres importantisimo para este club y un padre y marido ejemplar. No lo olvides.
Y lo vuelvo a repetir, sin contraprestacion alguna, es más formar parte y
trabajar por este club le sale a pagar. Pero es su hobby, y damos
gracias de que sea así.
Te mereces todo lo bueno Marcos Suárez, TODO.
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